Más poder para el ICE, menos aprobación

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) enfrenta un nivel de desaprobación pública incluso más alto que durante el auge del movimiento “Abolir el ICE” en 2018. Mientras el presidente Donald Trump impulsa una expansión histórica de la agencia, con un paquete presupuestario de 75.000 millones de dólares hasta 2029, varias encuestas recientes revelan un marcado escepticismo por parte de los estadounidenses. Una mayoría considera que el ICE está excediéndose en su aplicación de las leyes migratorias, y los independientes expresan aún más rechazo.

Una encuesta de Quinnipiac encontró que el 57 % de los votantes desaprueba la forma en que el ICE aplica las leyes de inmigración, mientras que un sondeo de NPR y Marist reveló que el 54 % cree que la agencia ha ido “demasiado lejos”. Además, el 53 % de los encuestados se opone al aumento de su financiamiento. Estas cifras contrastan con años anteriores, cuando la opinión pública estaba más dividida, e incluso los esfuerzos por desmantelar el ICE no contaban con tanto respaldo popular como el rechazo que ahora genera su expansión.

La falta de entusiasmo público por el fortalecimiento del ICE podría suponer un desafío para Trump si insiste en convertir a la agencia en un pilar central de su segunda presidencia. Aunque sus defensores afirman que el ICE simplemente cumple con la ley, el creciente descontento ciudadano podría agudizar los conflictos políticos en torno al control migratorio, especialmente si la agencia se vincula con medidas más agresivas o controversiales.

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